Para los judíos, la circuncisión es un compromiso religioso de carácter ineludible, pero, para el médico urólogo en Tijuana, representa mucho más que una intervención ceremoniosa, porque se realiza con fines médicos. Consiste en remover el prepucio, que es la parte excedente de piel que recubre el glande, de modo que este quede permanentemente expuesto. Por lo general, los médicos ofrecen ciertas recomendaciones para el cuidado del pene en los recién nacidos; sin embargo, cuando se presenta alguna condición médica que compromete las funciones del órgano genital, como la fimosis, es necesaria esta operación, que se puede realizar en el consultorio del especialista y sin entrañar grandes complicaciones.

La circuncisión en Tijuana es una operación menor, que cursa en una rápida recuperación y puede llevarse a cabo por diversos motivos, entre los cuales figuran la fimosis, que ya hemos mencionado anteriormente, también la balanitis y la parafimosis; no obstante, hay que dejar claro, en especial porque hay muchos padres que se preocupan por la flexibilidad del prepucio de sus hijos pequeños, que todos los bebés presentan una fimosis fisiológica al nacer, y que va cediendo con el transcurso de los años. Es por ello que muchos expertos recomiendan que las madres realicen un ejercicio diario, con la finalidad de ayudar al prepucio a que se vaya retrayendo, si bien hay grandes debates al respecto.

La fimosis neonatal solo requerirá circuncisión por parte de urólogos en Tijuana cuando no haya una evolución sana de la retracción prepucial, obstruyendo las funciones del miembro viril, dando pie a infecciones o generando dolor al orinar. Además, otras condiciones asociadas con esta intervención incluyen la balanitis, que es una infección por falta de higiene, y que puede reproducirse en una dermatitis atópica.

Por otro lado, la circuncisión en adultos puede realizarse en los casos de tumores o desgarros del frenillo, que es la tira de piel que une el prepucio con el glande. Al igual que en neonatos, es una operación que no entraña grandes peligros y que se hace de manera ambulatoria, a través de la técnica de incisión dorsal, en la cual se realiza un corte para retirar por completo ese trozo de pie; y también está la técnica cubierta, en la que se realizan cortes alrededor de la base del prepucio y en su interior, formando un tubo que se extrae sobre el glande. Ambos procedimientos permiten la salida de la orina o el semen y la exposición de la punta del pene.

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