La próstata es un órgano que sólo está presente en el cuerpo masculino. Se localiza justo por debajo de la vejiga y su tamaño promedio es como el de una nuez, aunque con el tiempo el tamaño varía, ya que con la edad se va haciendo más grande, principalmente al pasar los 40 o 50 años. Su función es muy importante en el sistema sexual masculino al ser la glándula que genera un aproximado del diez por ciento del fluido seminal.
Este pequeño órgano puede sufrir distintos problemas que suelen ser más frecuentes con la edad. Los tres trastornos principales son la hiperplasia prostática benigna (HPB), el cáncer y la prostatitis. Estos padecimientos suelen tener distintos síntomas, con excepción del cáncer en donde no suelen presentarse síntomas, o en ocasiones hay presencia de sangre en la orina, aunque suelen presentar signos de que algo no está bien con la salud. Los síntomas principales son:
En caso de presentar alguno de estos síntomas, lo mejor es acudir con un médico especialista a una revisión para determinar si se trata de alguna de estas enfermedades o alguna otra, como una infección, que suelen ser más frecuentes y se tratan con mayor facilidad. Las principales características de cada uno de estos padecimientos y sus posibles tratamientos son:
Es el padecimiento más común que afecta a la próstata. Se caracteriza por un agrandamiento gradual de este órgano. Muchas personas lo suelen confundir con el cáncer, pero la HPB no es un proceso canceroso. Los síntomas comienzan frecuentemente después de los 45 años, de hecho afecta a aproximadamente un tercio de todos los hombres con más de 50 años. Las principales consecuencias que tiene son que conforme crece puede aplastar el canal de la uretra, lo cual puede llegar a causar problemas cuando se vacía la vejiga. Para su tratamiento se pueden optar por tres opciones: tratamiento farmacológico para relajar la vejiga o contraer la próstata y cirugía mínimamente invasiva.
Este padecimiento se desarrolla lentamente y la mayoría de los hombres que lo sufren pueden incluso llegar al fin de su vida sin saber que tenían cáncer. Los síntomas, cuando ya es muy avanzado, pueden ser similares a los de la HPB. En caso de que el cáncer se extienda a otros órganos de la zona, puede causar cansancio extremo, pérdida del apetito y disminución de peso, también se pueden presentar dolores de espalda baja y de huesos. Ya que la próstata es difícil de encontrar e imposible de visualizar, el diagnóstico de esta enfermedad es muy complicado, por ello es de vital importancia acudir con su médico de cabecera al primer síntoma o en caso de que crea que algo no va bien. El cáncer puede ser diagnosticado con una exploración médica, con una ecografía o mediante una biopsia.
Si el cáncer no se ha extendido, se suele optar por un tratamiento quirúrgico para extirpar las lesiones. Para este caso existen distintos tipos de cirugías, desde cirugía abierta, hasta cirugía laparoscópica, e incluso a través de la uretra. La elección del tipo de técnica dependerá de cada caso concreto y la evaluación de los médicos especialistas en urología y oncología. Aunque también se pueden optar por tratamientos no quirúrgicos, como podrían ser los tratamientos hormonales. La radioterapia también es un tratamiento alterno a la cirugía, aunque también suele utilizarse en algunos casos como tratamiento complementario tras la cirugía.
En los casos en que el cáncer se haya extendido a otros órganos, se suele optar por quimioterapia y tratamiento hormonal combinados. En pacientes mayores, con otros problemas médicos serios se espera a ver cómo se desarrolla, ya que en muchos casos este desarrollo es muy lento y no afecta a la salud del paciente.
Este padecimiento es la inflamación de la próstata, que puede estar asociada o no a una infección bacteriana. Los síntomas son muy similares a la HPB, pero generalmente se acompaña de malestar general, fiebre, dolor al orinar y otros síntomas como dolor en la parte baja de la espalda, molestias en la zona genital, especialmente dolorosas cuando se está sentado, y una descarga acuosa o sanguinolenta de la uretra. En ocasiones suele confundirse con una enfermedad de transmisión sexual, por lo que es importante que sea evaluada con un especialista en urología para un diagnóstico certero. Su tratamiento, como lo suele ser con todas las infecciones bacterianas, es un ciclo de antibióticos que le ayudará a eliminar la infección. El médico también puede recetarles algún calmante para disminuir el dolor mientras los antibióticos surten efecto. Otra opción puede ser la cirugía, aunque sólo constituye una alternativa si sufre dolor debilitante.
El pronto diagnóstico de estas enfermedades es muy importante para su tratamiento y recuperación y esto se logra con una simple visita al urólogo. Diversos especialistas sugieren un control prostático anual a partir de los 40 años, y a partir de los 35 años en aquellos que tengan antecedentes familiares de cáncer prostático. El chequeo anual consta de varios pasos muy simples, pero de suma importancia. El proceso se divide en los siguientes pasos:
También, en caso de presentar un síntoma o molestias en la próstata, no espere hasta su examen anual, acuda de inmediato con los especialistas de Unidad De Urología para una evaluación, y de ser necesario un tratamiento. Pueden solicitar una cita vía telefónica o por correo electrónico, con gusto, respeto y profesionalismo los atenderemos.
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