Podemos definir a la cirugía mínima invasión, también denominada como de mínimo abordaje, como el conjunto de técnicas diagnosticadas y terapéuticas que por visión directa o endoscópica, o por diferentes técnicas de imagen, utiliza vías naturales o de mínimo abordaje para introducir herramientas y actuar en diferentes partes del cuerpo humano.
Un pequeño vistazo a sus orígenes
Porque somos conscientes de que ninguno de los avances tecnológicos en medicina con que contamos en la actualidad sería posible sin las etapas iniciales, a manera de pequeño tributo se las compartimos de forma breve a continuación.
La llegada de la cirugía de mínimo abordaje se ubica en el periodo que abarca desde 1870 a 1970, considerado como el siglo de los cirujanos, gracias al avance en el control del dolor, por el uso del cloroformo como anestésico; el control de las infecciones, así como la llegada de la asepsia de la mano de Pasteur y Lister, sin olvidar el desarrollo de la ligadura arterial para detener hemorragias. La mayoría de estos avances son frutos de la guerra. Otros hitos importantes fueron la laparoscopia experimental (1901), el uso de CO2 para abultar el abdomen (1920), la colecistectomía laparoscópica (1983), la laparoscopia flexible (1992) y la cirugía robótica (1994).
Sin embargo, el desarrollo de la cirugía de mínimo abordaje se enmarca dentro dela historia reciente de la medicina. Muchos autores señalan la colecistectomía laparoscópica, llevada a cabo por primera vez en 1985 por Muhe, en Alemania Occidental, como el evento que define el crecimiento explosivo de la cirugía mínima. Aunque existen referencias previas, es a partir de los años ochenta cuando este tipo de cirugía vive su verdadero desarrollo y comienza su expansión, sus impulsores fueron los cardiólogos y radiólogos vasculares para disminuir las complicaciones relacionadas con exploraciones y tratamientos sobre arterias coronarias. Posteriormente, la idea fue ampliando sus aplicaciones hacia la cirugía de pie, la cirugía de columna, la cirugía artroscópica de cualquier articulación y últimamente hacia el tratamiento de las fracturas.
En la actualidad, reconocemos a la cirugía de mínimo abordaje como el conjunto de técnicas y procedimientos relativos a la cirugía, anestesia y cuidados postoperatorios que permiten reducir el dolor, la inflamación, la pérdida de sangre y las complicaciones durante y después de la cirugía.
El concepto está en constante evolución y se vienen utilizando desde hace más de 40 años, con las artroscopias de rodilla.
Con este tipo de cirugías menos agresivas evitamos seccionar de manera significativa la musculatura, y por lo tanto evitamos el sangrado excesivo, la necesidad de reconstrucción de los tejidos y por ende, se controla mejor el dolor. Sus ventajas le han valido el sobrenombre de “la cirugía del futuro”.
Cirugía robótica, ¿La tendencia a futuro?
Dentro de la cirugía robótica o cirugía mínimamente invasiva asistida por robots, el robot más conocido es el sistema Da Vinci, el cual está fabricado por Intuitive Surgical y se emplea en prostatectomías, reparación de válvulas cardiacas, así como procedimientos ginecológicos. El sistema Da Vinci no opera de forma autónoma, sino que es manejado por un cirujano; el médico realiza con el mando los movimientos que quiere llevar a cabo, y el ordenador los transmite al tercer módulo, donde se encuentra el paciente que es operado por unos brazos robotizados, que pueden manejar hasta tres instrumentos diferentes a la vez.
Las ventajas de este sistema radican en que permiten la realización de telecirugía, y con ello el cirujano puede tomar una postura más ergonómica, traduciéndose en una mayor precisión de movimientos. El paciente sometido obtiene una pronta recuperación, evitando afectar otras partes del organismo.
La cirugía robótica permite intervenciones muy complejas y delicadas, con una precisión sin precedentes, potenciando las habilidades humanas. La tendencia en el mundo marca un claro crecimiento de la cirugía robótica, en México ya se ha creado la primera organización civil especializada en cirugía robótica, la cual es constituida por cerca de 100 cirujanos en robótica.
La cirugía de mínimo abordaje ha tomado fuerza con el paso de los años y sigue en constante desarrollo, debido a la facilidad de alcance que brinda a los especialistas, ya que les permite acceder más fácilmente a las zonas anatómicas complicadas, además de observar de manera extraordinaria los puntos de referencia anatómicos, y por ende obtener una mayor precisión reconstructiva porque se elimina cualquier movimiento impreciso de las manos.
No cabe duda que los cambios tecnológicos suceden a una velocidad impensada y como especialistas de la Unidad de Urología nos apasiona enfrentarnos a las mejoras sutiles que perfeccionan nuestra labor.
La cirugía mínima invasión ofrece múltiples beneficios a los pacientes por sobre la cirugía abierta y ha tenido gran aplicación en cirugías urológicas. Nuestra misión en Unidad de Urología es ofrecer a nuestros pacientes una atención personalizada que represente el cambio óptimo en su calidad de vida, que tanto estaban buscando.
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