El término disfunción eréctil es relativamente nuevo, ya que hace unas décadas se le conocía a este problema como impotencia sexual, sin embargo al considerar que el término denigraba a los pacientes, se cambió al que conocemos actualmente como la incapacidad persistente para conseguir o mantener temporal o permanente una erección de suficiente calidad que resulte en relaciones sexuales satisfactorias.
La función eréctil es de una alta complejidad porque intervienen muchos mecanismos a diferentes niveles, como cerebral, médula espinal; propiamente en el pene actúan nervios, arterias y muchas estructuras, por ello no es muy complicado que por diferentes motivos se deteriore, ya sea de manera completa o de manera parcial.
En temas muy generales, se puede decir que este padecimiento sexual se debe a problemas psicológicos, es decir de donde inicia la erección, hasta pasando por problemas físicos como las alteraciones de los vasos sanguíneos que impidan la adecuada irrigación de sangre al pene. Otro caso característico es cuando se extirpa la próstata por cáncer y que se lesionan los nervios que van adheridos a la próstata. Por otro lado, existen también algunos fármacos que como efecto secundario derivan en este problema.
Al tener este padecimiento, los pacientes pueden caer en una depresión que al no buscar la ayuda necesaria puede agravar la situación. Lo primero que se recomienda en estos casos, es apoyarse con la pareja, hablar del tema, recordar que el problema los afecta a los dos, por lo que al tener la atención adecuada de la pareja, posteriormente se debe solicitar la ayuda de un experto.
En México, la prevalencia de esta enfermedad, en comparación con estudios de otras partes del mundo como Estados Unidos, Canadá, Europa y Sudamérica, se encontró que el 52% de los hombres la padecen, la cual es una cifra bastante alarmante por lo elevada que resulta, ya que revela que más de la mitad de los hombres en nuestro país padecen cierto grado de impotencia que puede ser severa, moderada o leve.
Sin embargo las estadísticas deben de ajustarse de acuerdo a la edad, ya que hay individuos que conforme avanza la edad, al mismo tiempo lo hace la prevalencia, debido a que el 74% de hombres de 70 años padece de impotencia; en cambio, en hombres de los 40 a 50 años es un porcentaje del 40% quienes lo llegan a padecer.
De acuerdo a las características de nuestra población observamos que conforme avanza el tiempo, hay un mayor porcentaje de personas de edad avanzada que sufren de disfunción eréctil, dejando entrever que si bien cada vez hay más gente longeva, y con ello la esperanza de vida va en aumento, este problema se verá cada día con más frecuencia. Sin embargo, cabe aclarar que la impotencia sexual no es un problema propio de la edad, ya que mucha gente relaciona que llegando a determinada edad sería normal padecerla, cuando en realidad este problema sexual es producto de otras enfermedades que aparecen junto con la edad, que serían: diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias (alteración en los niveles de grasas dentro de la sangre).
Además de las enfermedades mencionadas anteriormente es importante hablar de la deficiencia androgénica del adulto, es decir que la producción de testosterona conforme avanza la edad va disminuyendo en porcentajes de producción. Debido a que la testosterona es la hormona masculina, provocará que en cierta medida se padezca algún grado de disfunción eréctil, por ello se reconoce y no se deja de lado a esta baja producción de testosterona como un detonante de la enfermedad que afecta en la vida sexual.
Si la causa de este problema fuera el déficit de testosterona, solo habría que aportarla de nueva cuenta, lo cual no es difícil, ya sea con geles e inyecciones. Los tratamientos sintomáticos van directamente a intentar conseguir una erección independientemente de la causa; para ello tenemos los fármacos vía oral, para ingerirlos en el momento en que se desee mantener actividad sexual. En caso de que estos fármacos no fueran suficiente, como segunda herramienta tenemos las inyecciones de un fármaco que hace algunas décadas era el tratamiento habitual, y funciona como un vaso dilatador a nivel de pene.
Puede ser también una capsula al nivel de la uretra o un gel que se aplica encima del meato de la orina. Existen también los sistemas de vacío, es decir, una bomba o cilindro alrededor del pene que da la función de un vacío, lo que provoca que se irrigue sangre en el pene, provocando la erección, que se mantiene mediante un anillo en la base. La última opción es la de implantar una prótesis de pene, cuando no ha respondido a ningún otro tratamiento, con la que se obtiene un grado satisfactorio de erección.
En general este problema tiene dos tipos de causas, divididas de la siguiente manera:
Se define además si el paciente tiene erecciones matutinas, que sería un dato básico porque aquellos que sí las tienen, da pauta para saber que tienen una integridad fisiológica de su aparato reproductor, por lo que es una pregunta clave.
Importante definir el tema de la salud sexual en la persona que padece el problema, de esta manera si el paciente tuviera vergüenza sobre ciertos temas sexuales, sería clave para aligerar las presiones psicológicas que pudiera tener, ya que sería pauta para hablar de aquello que normalmente no se hace.
Por otro lado, es importante realizar los estudios de laboratorio y de gabinete; los de laboratorio van encaminados a descartar otras enfermedades, como pruebas de glucosa para descartar temas de diabetes, porque de padecerla sería importante tener un control actualizado. Se realizan pruebas del funcionamiento hepático, pruebas de los niveles de testosterona, además de los niveles de grasa en la sangre, debido a que tanto el colesterol como los triglicéridos, que son las dos grasas que circulan dentro de la sangre, pueden ser dañinas y obstruir las arterias en general, pero sobre todo las arterias que llevan la irrigación al pene.
Por fortuna, en la Unidad de Urología Tijuana contamos con terapias que brindan excelentes resultados que son seguros y eficaces, y con gusto les orientaremos para dar solución satisfactoria a sus problemas de salud. Recordemos que la disfunción eréctil es un problema de dos, por lo que también afecta a la pareja, y una comunicación constante mantendrá la relación saludable.
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