Al igual que otros tipos de cáncer, el cáncer de próstata tiene un mejor pronóstico cuando se detecta a tiempo, además es posible llevar a cabo tratamientos menos invasivos para afectar lo menos posible la calidad de vida y la salud del paciente. La incontinencia urinaria, la disfunción eréctil, los cálculos renales y los exámenes prostáticos son las principales razones para visitar a un urólogo, tarea que deben cumplir todos los hombres una vez que lleguen a los 40 años, edad en la que se da el crecimiento de la próstata, y en la que los cambios hormonales pueden provocar o acentuar otras problemáticas como la disfunción eréctil.

El urólogo no es un especialista únicamente para los hombres (como el ginecólogo), ya que se especializa en el sistema genitourinario, por lo que cuando una mujer sufre de incontinencia urinaria, infecciones crónicas en las vías urinarias, cálculos o quistes renales, entre otras patologías, deben visitar al urólogo. Sin embargo, en esta nueva entrada del blog de Unidad Urológica nos enfocaremos en los hombres, ya que el tema a tratar es el cáncer de próstata.

La mayoría de las enfermedades en la próstata ocurren sin producir síntomas, dolores o molestias en el hombre, por ello se recomienda que al pasar de los 40 años se realicen chequeos constantes, especialmente por la hiperplasia benigna de la próstata, que es un agrandamiento normal, no canceroso, de dicha glándula. En consulta además se puede tratar la incontinencia urinaria, la disfunción eréctil, la insuficiencia renal, entre otros padecimientos, que pueden haber estado silenciados por el paciente debido a la vergüenza que suele darles hablar al respecto de dichos temas.

La primera revisión urológica de la próstata consiste en una entrevista al paciente para determinar su estado de salud, hábitos y dolencias, posteriormente el especialista realiza un examen físico en el que explora a detalle la región del abdomen, vejiga, genitales y próstata a través del tacto. Dependiendo de los resultados y de las respuestas del paciente, podría ser necesario practicar un análisis de sangre o un análisis más detallado como una colonoscopia.

Muchos hombres sienten temor ante el tacto rectal porque piensan que es doloroso, molesto y que es como una especie de violación, sin embargo el especialista suele utilizar lubricantes y tener la experiencia para realizar el examen de forma rápida, sencilla y sin dolor; dependiendo de las características del paciente, el chequeo prostático puede hacerse cada dos o tres años, sin embargo si en su familiares directos hay antecedentes de cáncer de próstata o se percibe alguna anomalía, la frecuencia recomendada del chequeo es anual.

En los hombres el cáncer de próstata es una enfermedad de alta prevalencia en los hombres, organizaciones estadounidenses prevén que para este 2017 se diagnostiquen más de 161 mil casos nuevos y más de 26 mil fallecimientos a causa de este tipo de cáncer. Uno de cada siete hombres sufre de cáncer en la próstata, que afecta más a los hombres de edad avanzada, ya que la edad promedio del diagnóstico es de 66 años. En Estados Unidos, este tipo de cáncer es la tercera causa de muerte en los hombres, después del cáncer de pulmón y del colorrectal.

Usualmente el diagnóstico se realiza cuando ya se sospecha de la enfermedad, aunque la mayoría de los hombres no manifiestan síntomas; si durante el chequeo prostático se detectan nódulos o en una prueba de sangre se encuentran alteraciones, se sospecha la presencia de cáncer, la cual se confirma mediante una biopsia prostática, y se debe estudiar la severidad y avance del cáncer.

Si bien en la etapa inicial este tipo de cáncer no provoca síntomas, en los estadios más avanzados suele manifestarse:

  • Problemas de la micción, un flujo urinario más lento o débil.
  • Micciones con mayor frecuencia, especialmente en las noches.
  • Presencia de sangre en la orina o semen.
  • Disfunción eréctil, es decir dificultad para lograr o mantener una erección.
  • Dolor en la espalda, tórax o caderas, lo que puede indicar que el cáncer se propagó a los huesos.
  • Pérdida del control de la vejiga o los intestinos, causado por la compresión en la médula espinal.
  • Debilidad o adormecimiento en piernas y pies.

Estos síntomas pueden causarse por causas distintas al cáncer, como en el crecimiento de la próstata o en la diabetes, sin embargo es importante acudir al médico si presentas cualquiera de los síntomas mencionados para detectar la causa.

Los factores de riesgo de cáncer prostático se relacionan con las hormonas masculinas, por lo que suelen utilizarse terapias de andrógenos como parte del tratamiento; la edad de media a avanzada, los antecedentes familiares, la obesidad y la dieta excesivamente rica en grasa animal son los factores más relacionados. Se dice que las personas de raza negra tienen mayor incidencia, pues se ha demostrado que en dicha población los niveles de testosterona son más altos. Cuando el cáncer se detecta a tiempo, es curable y hay una gran variedad de tratamientos para esto, como la radiación, la cirugía, entre otras. Sin embargo muchas personas evitan los chequeos médicos y esto provoca que el diagnóstico se realice cuando la enfermedad se encuentra en un estadio avanzado, lo que dificulta el tratamiento, y los pronósticos no son tan favorables.

Para prevenir el cáncer de próstata se recomienda una dieta balanceada, con más vegetales, frutas y carnes blancas (pollo y pescado) que carne roja o procesada, la carne ahumada o al carbón también es poco recomendable. Del mismo modo se recomienda tener un peso saludable, como resultado de una alimentación balanceada y del ejercicio, no es necesario hacer pesas o ir diariamente al gimnasio, basta con 40 minutos diarios de actividad aeróbica como caminar, correr, bailar, trotar, andar en bicicleta, etc. Acudir a los chequeos de rutina es lo más importante al llegar a los 40 años, si aún no te realizas tu examen de prevención de cáncer de próstata acude con los expertos de Unidad Urológica, donde te ayudaremos a prevenir y tratar las enfermedades urológicas.

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